Seat 600 azul

Muchos de los lectores de este blog que tengan menos de 25 años no habrán conocido este coche. Pero los internautas más mayores, y sus padres y abuelos, por supuesto que sí que han visto (o incluso conducido) un Seat 600. Un coche que forma parte de la memoria colectiva de muchos españoles.

Y es que este vehículo se convirtió en el símbolo de un país que empezaba a desarrollarse y prosperar económicamente. Todos los que adquirieron un Seat 600 disfrutaron de esa sensación de libertad que da el poder moverse con facilidad y viajar, aunque fuera en pequeños trayectos.

Un merecido homenaje

Por haber llenado de felicidad muchos hogares, son varias las ciudades que quisieron honrar a este pequeño automóvil, grabado a fuego en la memoria de las generaciones de los 50, 60 y 70. En localidades como Fuengirola, Churriana de la Vega y Martos levantaron monumentos sobre el Seat 600.

Pero, sin duda, el principal homenaje para este coche “pequeñín” se encuentra en las cientos de miles de imágenes en blanco y negro que nuestros padres o abuelos guardan como oro en paño en los álbumes de fotos antiguas. Y no solo como un recuerdo, también como el símbolo de una época en la que este país salía de la adolescencia y empezaba a ser adulto.

Curiosidades del Seat 600

Repasamos a continuación algunos datos importantes sobre este coche histórico.

  • El primer modelo se fabricó en la Zona Franca de Barcelona en junio de 1957.
  • Se comercializó durante 16 años y llegaron a venderse casi 800.000 unidades.
  • Su precio ascendía a unas 000 pesetas de la época. Si lo calculamos en euros, unos 390. ¿Un coche nuevo por ese precio en la actualidad? Impensable.
  • Alcanzaba una velocidad de 95 km/h. Ahora puede sonar un poco ridículo, pero en su época fue una auténtica revolución.
  • El último modelo salió de fábrica en agosto de 1973.

 

En este artículo de Autofácil te muestran estas y otras curiosidades, además de la ficha técnica del primer Seat 600. Y hasta aquí el homenaje de Petroalacant a este vehículo pequeño, no muy rápido y tampoco muy cómodo. Pero tan entrañable que se ha ganado un hueco en nuestros corazones.