Todos las tenemos, muchas o pocas, molestas para unos y peligrosas para otros, hablamos de esas pequeñas manías al conducir.
Algunos tienen diversas manías al conducir que pueden ser hasta interesantes que nos apliquemos algunas. Por ejemplo, a muchos les obsesiona la seguridad en el coche, y se empeñan en revisar el coche cada vez que lo van a utilizar, revisar los niveles de agua del radiador, el nivel de aceite, el líquido de frenos e incluso el líquido del parabrisas. Lo cierto es que sería interesante que todos, aunque sea de vez en cuando, revisásemos estos niveles de esta forma tendremos el coche en condiciones óptimas.
Este tipo de personas preocupadas por la seguridad en el coche también tienen otras obsesiones al volante como que el parabrisas se encuentre siempre perfectamente limpio, importante para conducir de forma totalmente segura. Otra cosa que revisan es que los faros se encuentren completamente limpios, algo imprescindible para la conducción nocturna.
Todas las costumbres al conducir que hemos descrito antes son bastante interesantes tenerlas en cuenta y aplicarlas.
Sin embargo, encontramos otras manías al conducir que no son tan recomendables. Como por ejemplo, llevar el pie siempre sobre el pedal del embrague, esta práctica no es buena ya que sin querer se ejerce una pequeña presión sobre el embrague y hacemos que se desgaste prematuramente.
Otra costumbre que tienen algunos conductores es llevar constantemente la mano sobre la palanca de cambios, por supuesto, esto no es bueno ya que las dos manos deben ir sobre el volante para poder reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto en la carretera, además con la mano apoyada ahí no dejamos el juego libre que debe tener la palanca de cambios y ejercemos una pequeña presión sobre ella que hace que se produzca un mayor desgaste de la caja de cambios, las varillas, etc.
Son muchos los que apuran el depósito del combustible antes de pasar a repostar. En el depósito se acumulan impurezas que cuando llegamos a la reserva son absorbidos y pueden llegar a obstruir los inyectores, por eso es recomendable pasar por una estación de servicio para repostar cuando te queda más o menos un cuarto de depósito.
Otra de las obsesiones al volante puede ser el utilizar el embrague como freno, esto provoca un desgaste temprano del disco del embrague. Por otro lado, muchos son los conductores que conducen con el brazo izquierdo apoyado en el marco de la ventana, en este ejemplo, como en el de apoyar la mano sobre la palanca de cambios, las manos deben ir en el volante para poder reaccionar más rápidamente en caso de imprevisto.
Mención aparte tienen las manías al conducir relacionadas con los teléfonos móviles, llamadas, mensajes, WhatsApp, que si miro una foto, etc. Estas acciones cada vez provocan más accidentes de tráfico, todos somos conscientes de la importancia de no coger el móvil mientras conducimos pero no paramos de ver como el uso del teléfono móvil mientras conducimos aumenta, de echo el teléfono móvil es una de las principales distracciones al volante.
Es muy importante que todos los conductores estén concienciados sobre la importancia de evitar todas estas costumbres mientras conducen.
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